miércoles, 13 de abril de 2011

Tu pareja: ¿Tu complemento? ¿Sólamente eso?

Una de las razones más habituales cuando uno pregunta a alguien por qué tiene una relación de noviazgo y hasta de matrimonio es: "Porque él/ella me complementa". Les puedo asegurar que la voluntad de Dios encierra algo mucho más allá de eso.

"¿Acaso que alguien me complemente no es la voluntad de Dios?" Sí. Sí lo es. Pero si no buscas solamente eso... No. No lo es. Porque esa es una concepción egoísta de la relación de pareja. Buscar un complemento es buscar una extensión de uno mismo: egoísmo. Buscar un complemento es buscar a alguien que cumpla las condiciones que uno ha predeterminado en su mente. La pregunta es: ¿Cómo amar sin condiciones como Jesús nos ama, si buscamos a alguien que cumpla todas nuestras condiciones?

La bendita Palabra de Dios dice: "La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas del Señor, la mujer prudente (Proverbios 19:14)". Herencia de Dios. Es decir, que ella no se convierte en una extensión del hombre, es AÑADIDA por Dios para el hombre. De igual manera, él es una añadido de Dios para ella.

Amado amigo/a: La voluntad de Dios no es que seas sólo complemento de alguien. La voluntad de Dios es que seas AÑADIDO/A por Él para un hijo/a suyo/a para que lo complementes. Como ves, lo del complemento es secundario. Es la consecuencia de que Dios lo escogió para ti. Eso es lo más importante al momento de escoger. Que haya sido el/la que Dios escogió para ti. Esa es la pregunta más importante. ¡Si la respuesta es "sí", ten por seguro que esa persona te va a complementar!

Cuando entiendas que tu pareja no es tu complemento sólamente, sino que la añadió Dios para ti, verás que ella o él tiene diferentes costumbres, otros gustos, otra perspectiva. ¿Cómo complementarse así? ¿Cómo complementar un trozo de sánduche con un trozo de pizza? Por eso la Biblia no habla de "complemento" sino de "ayuda idónea". Génesis 2:18: "Y dijo el Señor, Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él."

La voluntad de Dios es que dos personas diferentes se amen a pesar de eso, es decir, sin condiciones, como Jesús ama a su iglesia, y que sean ayuda idónea el uno para el otro para cumplir el propósito divino: que ambos lleguen a ser más como Jesús. ¡Esas mismas diferencias son necesarias para que puedan ayudarse y para que se amen sin condiciones! ¡Amen su añadida/o!

¡Amén!

¡Dios los bendiga!